Capítulo 13
En la casa los esperaban una recuperada Meiko, una pareja del cielo y una novia enojona. Gakupo se apresuró en saludar a Luka, antes de recibir otro golpe por haber tardado tanto y preocuparlos respecto a la seguridad de los gemelos.
- Era mejor cuando estaba dormida…- Murmuró el samurai recibiendo otro coscorrón.
- ¡¿Qué fue lo que dijiste?!- Gruñó, Meiko se interpuso antes de que empezara a lanzar objetos pesados, y los llevó a la mesa donde estaba la otra pareja sentada. Un sobre de papel madera yacía en el centro de la mesa, a la espera de ser abierto.
- Muy bien… Len-chan.- Una vez sentado despertaron al joven que los saludó con cansancio.- ¿Crees que estarás bien?
- ¿Uh? ¿Cuándo llegamos?- Preguntó adormilado, parpadeó varias veces.- Ah, sí léelo, todos queremos saber la verdad… ¿Estás de acuerdo Rin-san?- Ella lo miró con sorpresa, sus mejillas se tornaron rosadas por un instante.
- Eh… Sí, léelo.- Dijo sacudiendo los recuerdos de su mente, luego hablarían de eso. Meiko tomó el sobre y lo abrió, luego leyó el papel en voz alta.
- El resultado bla bla… es… negativo.- Anunció tratando de mantener el mismo semblante, aunque todos notaron que esa noticia le había alegrado, al igual que a Miku que no se contuvo.
- ¡Que genial! ¿No Rin-chan?- Miku Hachune salió de debajo de la mesa en ese instante.
- Eso es un alivio, sino íbamos a tener que echar a Miku por sugerir un romance entre hermanos.- Dijo dando un salto hacia la cabeza de la muchacha para luego saltar frente a Len, quien se había quedado petrificado. Pasó varias veces su mano sobre el rostro del chico, y luego suspiró.- ¡Despierta!- Todos saltaron de sus asientos ante el grito.
- ¿Eh? ¿Qué? ¿Me dormí?- Luka se puso de pie y posó su mano sobre la frente del muchacho.
- Tu temperatura está bastante alta… ¿Por qué no vas a la cama?- Él asintió somnoliento, y caminó a la habitación sin decir ni una palabra. Al final todos se decidieron por acostarse, de todos modos no tendrían clases debido al festival nocturno.
A la mañana siguiente Len abrió sus ojos para encontrarse solo en la habitación oscura, una vez más escuchó como golpeaban la puerta.
- ¿Len? ¿Sigues dormido?- Pudo escuchar como la voz de Rin llamaba desde el otro lado de la habitación.
- Ahora no.- Contestó tratando de levantarse, no hubo éxito. Todo su cuerpo se sentía pesado, y al levantarse terminó por caerse sobre la almohada mareado. Rin abrió la puerta y caminó hacia él con una bandeja en manos.- ¿Qué hora es?
- Son como las doce, haz estado dormido toda la mañana.- Informó apoyando la bandeja con el plato de sopa sobre el regazo del joven. Len suspiró agotado, sintiendo como el aire caliente era exhalado de su cuerpo.
- ¿Y los demás?- Preguntó de nuevo, pero esta vez hizo una pausa para tomar un sorbo de agua.
- Decidieron aprovechar el día en la playa, tenían muchas ganas de ir así que los convencí en dejarme como tú niñera.- Explicó la rubia, sabía que ahora que se habían formado las parejas estas querrían estar a solas. Incluso había escuchado como Meiko llamaba a Akaito por el celular para invitarlo.
- Ah… ¿Estoy enfermo?- Preguntó, la chica se golpeó la frente ante la pregunta tan tonta.
- Sip, así es. Tienes como 38º o 39º… no estoy segura, ha variado durante la mañana.
- Ah… ¿Puedo pedirte un favor?- Su respiración era pesada, y mantenía el vaso de agua fría sobre su frente.
- Um… Sí. ¿Qué?
- Vete.- Ordenó, ella lo miró molesta.
- ¡¿Cómo que me vaya?!
- No se… Ve con los demás, haz lo que quieras, pero vete ahora mismo.- Rin se inclinó hacia él molesta, su respiración de detuvo. Al parecer estaba conteniendo el aire.
- ¿Qué ocurre contigo? No me iré, además quiero que hablemos de lo de ayer.- su voz se vio interrumpida por el chico que tiró de las sábanas y se cubrió la cabeza, aún sujetando el vaso sobre su frente.
- Muy bien, hablaremos cuando me mejore. Ahora por favor, vete antes de que…
- ¿De qué? ¿Qué te pasa?- No recibió respuesta, así que se sentó sobre las frazadas y tiró de las sábanas.- ¡Dime que pasa contigo!
- ¡Te lo diré después ahora por favor vete! ¡Te lo suplico!- Pidió, parecía asustado pero ella se negó a marcharse. Ahora su curiosidad se había despertado, y no descansaría hasta saber que le estaba pasando.- Vamos… ¿Qué tengo que hacer para que te vayas?
- Primero que nada, deja de actuar así… ¿Acaso estás enojado conmigo?- La chica se acercó acortando aún más las distancias. La respiración de Len se hizo pesada, como si estuviera tratando de no respirar por la nariz.
- Rin, en serio, no es un buen momento… Yo…- Miró en dirección al plato de sopa que yacía en el suelo.- Necesito comer ¿si? Vete… y te llamaré cuando termine.
- Muy bien…- Suspiró rendida, se levantó y le entregó el plato. Muy a pesar de sus protestas, cuando estaba por cerrar la puerta notó como le temblaba la mano al chico con la cuchara.- ¿Qué tal si te ayudo? No haré preguntas.
- No Rin… en serio no…- Ya era tarde, una vez mas estaba frente a él. Sopló la cuchara y luego se la alcanzó a la boca del muchacho, que de repente se había calmado y la miraba de una forma más relajada.
- ¿Lo vez? No era necesario que me fuera…- Sonrió mientras se inclinaba para alcanzarle una nueva cucharada.
- Tienes razón, te necesito… Así que quédate.- Lo miró desconcertada, y él sonrió, inclinándose aún más hacia ella.- ¿Te dije que te va muy bien el papel de enfermera?
- ¿L-len?- Tartamudeó la rubia mientras él sacaba el plato con sopa del medio, para luego inclinarse hacia ella.
- ¿Qué pasa? ¿Acaso te he asustado?- Su forma de hablar estaba lejos de ser la de siempre, esta vez su voz inocente era completamente fingida.
- ¿No que-querías terminar tu sopa? Sabes que, me voy no voy a molestarte más…- Se puso de pie pero algo tiro de su remera. Volteó para ver a Len con el semblante deprimido.
- Por favor Rin-chan, no me dejes solo.- Hizo un leve puchero, y ella empezó a sentirse mareada… ¿Qué le estaba pasando a ese chico?
- Ehm… Len… ¿Cómo te sientes?- Le preguntó preocupada al notar el tono rojizo de sus mejillas.
- ¿Por qué no me lo dices tú?- Tomó la mano de la rubia y con delicadeza la posó sobre su frente. Al hacerlo, la obligó a inclinarse hacia él.- ¿Qué tal estoy?
- Caliente…- Contestó tratando de apartar su mano, en efecto estaba hirviendo.
- Que raro… Tengo frío.- La rodeó con ambos brazos y la abrazó contra su pecho.- Pero tú si estas caliente…- Sus mejillas enrojecieron al encontrarse con unos ojos que la observaban.
- Tenías razón… Me voy… Pero ya basta con esta actuación…- Se quejó furiosa mientras tironeaba para liberarse, no hubo éxito.
- Rin… Por favor, no me dejes.- Suplicó apartándole unos cabellos, como lo había hecho con anterioridad con Neru. Luego empezó a inclinarse hacia sus labios, muy lento. Rin puso ambas manos sobre la boca del muchacho y apartó su rostro, luego dio un salto y escapó de loa habitación.
- Luka… no Meiko… ¡¿A quién debo llamar?!- Exclamó mirando los números en su celular, al otro lado se encontraba Len que había empezado a llamarla. Luego, al notar que no le respondían se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta débilmente.
- Rin… ¿Por qué hiciste eso?- Preguntó abriendo la puerta, ella exclamó un grito asustada.- No te preocupes, nada malo va a pasarte.
- ¡Aléjate!- Exclamó enrojeciendo, segura de que era alguna broma de mal gusto.- ¡Deja ya esta broma! ¡No me parece divertida!- Él enarcó una ceja y empezó a reírse de aquel comentario, irritando aún más a su “gemela”. Pero de repente, perdió el equilibrio y empezó a tambalearse. Un instinto protector se despertó en a muchacha que corrió en su auxilio y le rodeó la cintura evitando que cayera, él a su vez le rodeó la espalda.
- Eso, era una broma.- Anunció tomándole el mentón e inclinándose hacia ella, quien había vuelto a sonrojarse. Sus labios empezaron a acercarse, Rin se había petrificado, no sabía que hacer.
- ¡Hola! La puerta estaba abierta así que me decidí a entrar de todos modos…- Anunció Neru, la escena se congelo y partió en pedazos.- ¡Rin aléjate de Len!- Ordenó saltando a los brazos del rubio, y empujando a la otra muchacha que seguía aturdida. No sabía si sentir agradecimiento o irritación hacia Neru.
- Oh, me alegra verte…- Len empezó a inclinarse, ahora para saludar a la otra rubia. Rin se llevó a la muchacha del brazo antes que sus labios pudieran siquiera rozarse, y se la llevó a la cocina.
- ¡No sé que haces aquí pero será mejor que te vayas!- Ordenó molesta, sin duda de lo que estaba segura era que no quería que Neru besara a Len.
- Y dejarte para que le claves tus garras… ¡En tus sueños! Además me gusta esta nueva actitud…
- ¡¿Cómo que te gusta?! ¡Está enfermo y tu quieres aprovecharte de su estado!- La risa sarcástica de Neru fue una completa sorpresa.
- ¿Aprovecharme? ¿Perdón? ¿Qué acaso no era tú la que estaba por besar a mí novio?- Len ingresó a la cocina en la que se hallaban, y se apoyó sobre la mesada.
- No se preocupen por esos detalles, no me molesta ser compartido.- Dijo guiñándoles un ojo.
- ¡Deja de babear! Esto es serio.- Dijo Rin mirando a la rubia que se había quedado deslumbrada ante el nuevo Len.- ¿Sabes qué? ¡Vete! ¡Eso fue lo que él me dijo y debí escucharlo! ¡Así que no cometas mi error y vete!
- Ah… Así que Len sabía de este… álter ego.- Rió Neru mientras él saludaba, y le indicaba que se acercara.- En otras palabras, él sabía que no podrías manejarlo y por eso te echó… ¿Qué sería más aterrador que besarte?
- ¡Besarte a ti! ¡Claro!- Contestó furiosa, la tomó del brazo y empezó a tirarla hacia la salida.
- ¿Van a salir?- Interrogó Len a lo lejos mientras las seguía con lentitud, después de todo estaba enfermo.
- Yo no, ella sí.- Respondió Rin abriendo la puerta, pero Neru se sujetó al marco de la puerta.
- No me iré… ¡Len-kun! ¡Haz algo!- Rogó, él asintió, y se acercó a ellas.
- ¡No lo hagas!- Ordenó Rin, preparada para pelear contra él, pero este simplemente rió.
- ¿Por qué quieres que se vaya?- Preguntó apoyándose sobre la puerta, que estaba contra la pared, mientras las otras dos seguían tironeando en la entrada.
- ¿Por qué crees? ¡Para que no se aproveche de tu estado!- Contestó molesta, ya que estaba usando todas sus fuerzas para empujar a Neru afuera pero sin éxito.
- Ah, que lástima… Si hubieras dicho que querías estar a solas conmigo…- Suspiró.- La cosa habría sido distinta…
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