Capítulo 5
- ¿Qué le habrá pasado?- Se preguntó Meiko preocupada, luego dirigió una mirada hacia la rubia que miraba en dirección por la que hace pocos instantes había escapado el rubio.- Quizás deberías hablar con él…
- ¿Uh? ¿Yo?- Le regresó una mirada llena de confusión, la castaña suspiró.
- Creo que tiene razón, después de todo él podría tratarse de tu hermano.- Explicó Kaito dándole una lamida a su helado.- Dicen que los gemelos tiene una telepatía o algo así…
- Pero… yo… no creo que me necesite realmente.- Respondió mirando hacia el suelo, por alguna razón se sentía como una inútil.
- ¡No digas eso! ¡Si uno se lo propone puede lograr cualquier cosa!- Todos observaron con sorpresa a Haku, que se había puesto de pie furiosa.- Sin embargo no te obligo a ir, quizás Neru-san pueda hablar con él y ver que le sucede.
- En fin, creo que ya todos terminamos nuestros helados… Rin-chan tu si quieres ve a recorrer el lugar.- Comentó Meiko rompiendo el silencio incómodo que se había producido.- Además si tu Kaito te comes tres pasará lo mismo que la otra vez…- Agregó, y con eso se lo llevó de la oreja mientras este lloriqueaba. La rubia levantó la cabeza hacia Haku quien se puso de pie, con una mirada un poco seria.
- Yo ya no tengo razones para estar aquí, hasta luego.- Hizo una reverencia y se retiró del lugar, dejando a la joven Kagamine sola.
Decidió seguir las instrucciones que le había dado su superior, e ir a recorrer un poco el lugar. Caminó hacia el parque siguiendo el vuelo de una mariposa naranja y negra, la cual terminó desaparecer en el firmamento.
Ahora se encontraba en el espeso bosque con árboles y arbustos de todo tipo, con el nombre de su espécimen en pequeñas planchas de madera que yacían sobre la tierra y el pasto. Se encontraba en el centro del lugar, más a lo lejos se podía ver una pequeña plaza con juegos.
El sol brillaba radiante en el cielo despejado, y algunos gorriones sobrevolaban sobre la cabeza de la muchacha cantando unas melodías.
- ¡Len-kun! Ay, ya es la cuarta vez que paso por aquí…- Volteó para encontrarse con Neru, quien al parecer había perdido de vista al rubio al igual que ella a la mariposa.- ¿Qué haces tú aquí?
- Solamente recorría el lugar… ¿Dónde esta Len?
- ¡No lo llames con tanta familiaridad!- Gruñó, pero luego se recompuso.- Quiero decir… no lo sé, al final corrió tan rápido que lo perdí entre los árboles. Pero no debe andar muy lejos.
- Quizás no quiere que lo encuentren…- Meditó, mientras que la otra joven le miraba con suspicacia.
- Tú no lo viste… ¿verdad?- Negó rápidamente con la cabeza, Neru suspiró un tanto aliviada.- De acuerdo, si lo ves no dudes en avisarme…- Y con un rápido guiño, se fue corriendo y desapareció entre los árboles.
Rin suspiró cansado de la extraña actitud de la muchacha. Continuó su camino en dirección contraría por donde había aparecido, entonces escuchó un grito. Gakupo pasó corriendo por su lado a gran velocidad, y luego Luka quien accidentalmente la empujó haciendo que perdiera el equilibrio. Trató de balancearse con sus brazos, pero al final terminó cayendo hacia los arbustos, pero para su sorpresa cuando abrió sus ojos notó que estaba sentada sobre algo suave.
- ¡¿Le…?!- Rápidamente se levantó de su estómago, pero el muchacho le tiró del brazo para que volviera a esconderse y le tapó la boca con la otra mano.
Ella estaba a punto de protestar cuando Len los inclinó aún más cerca del suelo. Entre las ramas pudo ver como Neru pasaba buscando la causa del alboroto.
- ¿Rin-chan? Mm… Habría jurado haberla escuchado, junto con los gritos de Gakupo…- Chasqueó los dedos.- ¡Claro! ¡Seguro que él sabe donde se encuentra!- Salió disparatada en dirección por donde había pasado la pareja hace pocos instantes, una vez que estuvo lejos Len liberó a la rubia.
- Tu… ¡Eres un pequeño…!
- Lamento eso.- Se disculpó interrumpiendo los insultos que estaban por salir de la boca de la chica.- Pero por favor, no grites… Puedes irte ahora, sólo te pido que no le digas a Neru-chan que me viste.- Pidió, pero ella negó con su cabeza.
- Pensé que te caía bien… ¿Por qué te estás escondiendo?- Él suspiró, volvió a mirar al camino desierto.- ¡Oye! ¡Préstame atención cuando te hablo!
- ¡Shh!- Una vez más estaban inclinados en el suelo, con Len manteniendo su brazo sobre la espalda de la joven para que no se levantara.
- ¿Entre los arbustos dices?- Repitió Neru mientras caminaba junto a Gakupo, quien iba siendo tirado del brazo por Luka. Ella estaba medio sonrojada por el contacto, pero se mantenía seria para disimular se trataba de un rojo de furia.
- Sí… ¿Acaso están jugando a las escondidas o algo así?- Len se golpeó la frente con su mano libre, al parecer había sido visto después de todo.
- Eto… ¿Entre qué arbustos?- Consultó ignorando la pregunta del samurai, Luka notó lo estaba evadiendo y que seguramente estaba tramando algo.
- Si no quiere que lo encuentren o se está escondiendo de ti, no es nuestro asunto… Sea lo que sea que estén haciendo no tenemos tiempo para hablar ahora.- Y con eso apresuró el paso dejando a la joven atrás, y sin darle tiempo a Gakupo para protestar.
Neru suspiró, al menos ya tenía una pista. Empezó a caminar hacia los arbustos, para la suerte del rubio fue a los que estaban del otro lado del camino. Esperó a que ella se alejara a los más profundos. Si procedía con cuidado podría correr sin ser detectado, pero… ¿Dónde se escondería? Sería sólo cuestión de tiempo antes de que fuera encontrado por ella entre los arbustos.
- ¡Ah claro! ¡Esa Luka! Seguro que ella se fue a advertirle que lo estaba buscando…- Salió corriendo en dirección por donde habían desaparecido el samurai y la joven.
- Eso estuvo cerca…- Suspiró agotado y liberando una vez más a Rin, quien estaba lista para gritarle de nuevo.- De verdad lamento haberte involucrado en esto.- Agregó algo triste haciendo que su furia se derrumbara.
- L-len…- Recordó las palabras de Neru cuando le había retado por dirigirse a él simplemente así.-…kun.- Finalizó algo incómoda, él la miró sin entender su problema.
- ¿Si? ¿Qué ocurre?- Preguntó sentándose al igual que ella.
- Eto… ¿Qué planeas hacer ahora? Digo… no creo que sigas escondiéndote entre los arbustos…- Contestó, segura de que él ya se había dado cuenta de su problema.- ¡No pienses que le diré a Neru-san!- Añadió al ver que no le respondía.
- ¡Eso lo sé, Rin-san!- Sonrió, pero luego se volvió serio.- La verdad no sé, no conozco mucho este lugar y aún no tengo cuarto… Espero que mis valijas estén bien en la sala de música.
- Lo lamento mucho.
- ¿Uh?- Rió simpáticamente, ella se sonrojó avergonzada.- Rin-san, tú no tienes la culpa de que esto esté pasando…- El sonido del quebrarse de una rama hizo que ambos se agacharan automáticamente hacia el suelo. Len volvió a posar su mano sobre la espalda de la chica aunque, en realidad, ya no era necesario. Suspiraron, sólo era una ardilla.
- No podemos seguir así…- Murmuró la joven sin molestarse en sentarse, simplemente permanecieron de esa forma.
- Tienes razón. No tienes por qué quedarte… Puedes irte, supongo que ya fue demasiado...- Dijo malinterpretando sus palabras, a la vez retiró su mano.
- No me refiero a eso. Hay que buscar otro escondite…- Una idea iluminó su mente, claro… ¿Cómo no lo había pensado?- Vamos a la plaza de juegos, seguramente podremos escondernos dentro de alguna de las casitas…- La mirada de sorpresa del muchacho hizo que se sintiera insultada.
- ¿Eh? No Rin-san, me sorprende que dijeras “escondernos”…- Se explicó leyendo su mirada. Ambos se pusieron de pie y comenzaron a caminar cuidadosamente entre los árboles, cualquier cosa se esconderían detrás de algún tronco o se lanzarían al suelo… Lo principal era esconder a Len, ella podía de última revelarse sin problemas.
Finalmente avistaron la plaza desierta. No se oía a ningún niño, sólo podía escucharse el canto de algunos pájaros y el moverse de las cadenas oxidadas de las hamacas.
- ¡Ven! ¡Esta casita tiene puerta!- Anunció la joven, mientras que él se había quedado contemplando el escenario.
Entraron con prisa y trabaron la puertita, tuvieron que mantenerse gachos para entrar y sentarse para poder estar cómodos, y no chocar sus cabezas con el techo. Len sonrió, entre las tablas podía ver perfectamente si alguien se acercaba, pero no podrían verlo.
- ¡Muchas gracias Rin-san!- Sonrió, ella no pudo evitar sonrojarse ante su cálida sonrisa.
- De nada… ¡De todos modos ¿Por qué te estás escondiendo?!
- ¡Cierto! Perdón por no haberte respondido antes… La cosa es que quería un tiempo para pensar.- Dijo haciendo referencia a la vez que la había cayado por la aparición de Neru cuando estaban ocultos.
- Ah, Pero parecías algo triste… ¿Seguro que estás bien?- La preocupación de ella hizo que él sonriera.
- Ahora sí.- Contestó, pero luego suspiró.- Es que… todo esto de que podamos ser hermanos me ha llevado a varias teorías… ¿Tú sabes que inventaron hace algunos años ese aparato para crear hijos sin las complicaciones del parto y que incluso puedas elegir su aspecto?
- Ajá, ambos nacimos con él… ¿no?
- Así se supone, pero… ¿Y si es mentira? Después de todo es un proceso muy caro, no cualquiera pagaría tanto por eso cuando hay tantas otras opciones...
- No entiendo a dónde quieres llegar…- Comentó confusa, él le dio una triste sonrisa.
- Quizás… sólo quizás… probablemente, más bien, seamos hermanos. Pero no sólo eso, sino gemelos nacidos de un padre y una madre… Y no sólo eso, las cosas que contaste de tu tía me hicieron pensar que quizás ella puede ser nuestra madre biológica.- Se explicó. Ella aguardó en silencio, esperando que continuara con aquella teoría… la cual consideraba disparatada, ya que esa mujer no podía ser su madre… Si lo fuera significaría que los había…
- ¡No! ¡No creo que ella nos haya abandonado! Además… ¿Qué hay de mi papá? Tengo pruebas de que él es su hermano…
- Exacto… y puede que él se ofreciera a adoptarte ya que quizás, no necesariamente nos abandonó porque no nos quería… tal vez, no podía mantenernos o algo por el estilo que aún no podemos comprender y…
- ¡Pero si eso fuera cierto tu también habrías sido adoptado!- Apuntó molesta de aquella idea sin sentido.
- ¿Y qué tal si no me querrían? Tu misma dijiste lo mucho que te quiere tu padre por parecerte a tu tía… ¿pero yo?- Bajó su cabeza, ahora la chica entendía que era lo que le molestaba.
- Len… No vuelvas a decir ni a pensar algo así… ¿De acuerdo?- De forma automática, sin pensarlo siquiera, le abrazó con fuerza. Al principio esta acción lo sorprendió y casi repeló, pero terminó por aceptar el abrazo y devolverlo. Él no le respondió, pero al final terminó por apartarse.- ¡Promete que no lo volverás a hacer!- Ordenó molesta, él suspiró.
- Todo lo que puedo hacer es prometerte tratar de pensar no más de lo necesario acerca del tema… ¿Satisfecha?- Dijo él, luego agregó una sonrisa para ser más convincente.
- ¡Bien!- Rugió molesta de que eso fuera todo lo que él estaba dispuesto a hacer. Le miró con desconfianza.- ¿Seguro que vas a estar bien?
- Gracias a ti lo estaré...- Ella no pudo evitar sonrojarse aunque él no pareció notarlo, apartó rápidamente su mirada, entonces Len captó lo que había dicho y también se sonrojó.- Eto… me refiero a gracias a que hablé contigo…
- Ah… claro.- Asintió, atreviéndose a mirarlo para notar que él estaba igual de rojo que ella lo había estado instantes. Sonrió.
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